Actuación fuera de los inmuebles donde se presta servicio.
Quiero con este artículo que publiqué en su día en la revista crónica de seguridad, reconocer el trabajo del personal de seguridad privada, en especial de todos aquellos componentes de mi equipo de seguridad y particularmente mi apoyo a Paco del Río, que está pasando unos días regular, pero estoy seguro que en breve estará deteniendo y poniendo a disposición de la justicia, a otros maleantes como el que se cita en este artículo.
Recuerdo ese día de agosto que me llamaron para informarme de lo que había pasado, estaba de vacaciones, se había montado un revuelo mediático tremendo, era un miembro de la llamada "manada", para nosotros simplemente un delincuente al que habíamos, mejor dicho, habían cogido realizando un hurto y como otros muchos, cumplieron con su deber de intentar detenerlo y ponerlo a disposición de la Justicia.
Era domingo, me levanté muy temprano, no había tan siquiera amanecido, cogí mi coche y me vine para Sevilla, quería estar junto a mi equipo en ese día que se aventuraba cuando menos complicado, llegué temprano y antes de ir hacía los juzgados, tomamos todos un café y charlamos distendidamente, posteriormente les tomaron declaración y se celebró el juicio del que escribí el artículo que más abajo inserto.
"El otro día se celebró en audiencia pública en el Juzgado de lo Penal 10 de los de Sevilla, el Juicio contra el presunto autor de robo con fuerza y violencia de unas gafas de sol en un Centro Comercial de Sevilla, concretamente en El Corte Inglés sito en la Plaza del Duque de esa localidad.
Cuando comienza el juicio y le tocaba el turno de preguntas al mediático letrado de la defensa, el cual se encarga en decir a voz pópuli que su defendido es perseguido porque es un miembro de la Manada, que recordemos son esos sres. que se encuentran en libertad provisional bajo fianza, a la espera de la resolución de un recurso contra la sentencia que los condenó a 9 años por realizar presuntamente abusos sexuales contra una mujer en los San Fermines de Pamplona hace unos años, concretamente 2016 (ya condenados y en prisión).
Como iba diciendo, quería poner en antecedentes sobre el presunto autor del delito que allí se juzgaba, el abogado defensor llevó su defensa por un tema que me sorprendió, aparte de no parar de recordar que su defendido era un miembro de la manada y por eso se le vigilaba más que a otra persona, evidentemente, no estamos hablando de San Ignacio de Loyola, el cual probablemente pasaría más desapercibido, en todo caso, este señor comete un hurto violentando los sistemas de seguridad, se va a su vehículo y cuando se le da el alto en el parking, fuera de detenerse lo que intenta es atropellar a los Vigilantes, golpeando con el espejo retrovisor a uno de ellos, realizando en su huida maniobras peligrosas por las calles céntricas de Sevilla, calles que como todos los centros de ciudad, suelen estar muy concurridas, la defensa la encamina hacia la falta de competencia de los vigilantes fuera del inmueble, concretamente en la calle donde le intentan dar el alto y él los intenta atropellar.
El presunto autor de los hechos, lo es de un hurto tipificado en el artículo 234.3 del vigente código penal, en principio, ya que lo único que hizo fue eliminar el sistema de alarma de las gafas y guardárselas, pero claro, cuando ya se monta en su vehículo y emprende la huida intentando atropellar a los Vigilantes, nos encontramos como mínimo en un delito de robo recogido en el artículo 237 de ese mismo código penal 10/95, al haber empleado violencia para proteger la huida y contra los que le perseguían.
Bien, pues vamos a intentar aclarar lo que este letrado parece que obvió, supongo que intencionadamente, ya que según él, llevaba 27 años de ejercicio profesional y esos fallos son propios de un principiante.
En resumidas cuentas, que todo este rollo que os solté, independientemente que siempre debemos tener presente estos artículos que nos pueden dar autoridad para actuar fuera de los inmuebles donde se preste servicio, es para felicitar al equipo que participó en ese servicio, por su valentía y arrojo al intentar detener a un delincuente, perdón, presunto, que había cometido un hurto en el inmueble donde prestaban servicio precisamente para eso, entre otras cosas, que no se cometan delitos contra la propiedad.